jueves, 20 de junio de 2013

PARADIGMAS EN LA INVESTIGACIÓN

Prof. Marcos Antonio Aponte
C.I: 8.630.768

Hablar de paradigmas es referirnos a una revalorización de los procesos de investigación como consecuencia de las crisis en las ciencias sociales que surgieron cuando los diferentes enfoques no dieron respuesta, ni aportaron elementos, quedando así incapacitados para comprender o explicar la realidad histórica del presente. Es decir que las alternativas teóricas existentes eran incapaces de explicar los cambios y conflictos sociales, entrando así en una profunda crisis de explicación.
Es por ello que surge una necesidad de valorización  de las metodologías y que apuntan a lo cualitativo, como la verdadera ciencia social interpretativa y eminentemente comprensiva de la realidad a estudiar.

Miguel Martínez señala que “La ciencia social necesita revisiones epistemológicas y metodológicas para no repetir, ni fomentar viejos errores que la historia de la ciencia señala como perniciosos” (Martínez, 1991).
En tal sentido las respuestas que el hombre persigue están condicionadas por la episteme, que viene a ser entonces el cause por el cual circula todo proceso y acto de conocimiento, y aunque su régimen es rígido, es flexible en la multiplicidad de formas en que se manifiestan los procesos y productos cognoscitivos. Esto es lo que permite el surgimiento de los paradigmas, que viene a ser las distintas formas en que se despliega la episteme. (Moreno, op. Cit.).

La noción de paradigmas, nos dice Carmen García Guadilla (1981), hace su aparición en el campo de la sociología antes que Kuhn la utilizara en 1967. Pero, aunque Merton da una definición implícita de paradigma en 1957 y Parsons la había utilizado con anterioridad, es a través de la teoría Kuhniana de las revoluciones científicas como se populariza este término, tanto en las ciencias naturales como sociales.
Así el paradigma vendría a ser una estructura coherente, constituida por una red de conceptos, de creencias metodológicas y teóricas entrelazadas, que permiten la selección y evaluación crítica de temas, problemas y métodos.
Para Guillermo Briones (1992), un paradigma de investigación es una “concepción del objeto de estudio de una ciencia, de los problemas para estudiar, de la naturaleza de sus métodos y de la forma de explicar, interpretar o comprender los resultados de las investigaciones realizadas.

El paradigma positivista:
El positivismo surge a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Tiene dos fuentes primarias, por un lado, la concepción Newtoniana del espacio, totalmente mecanicista y que fue aplicada por los empiristas ingleses a los animales y humanos y, por el otro, la idea de Descartes de que existe un dualismo absoluto entre la mente y la materia, “que condujo a la creencia según la cual el mundo material puede ser descrito objetivamente sin referencia alguna al observador “(Martínez, 1994). Esto ha traído como consecuencia la idea central de que:

Fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plenamente externa y objetiva y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de si, o como una cámara  fotográfica que copia pequeñas imágenes de esa realidad exterior (Martínez, 1994).

Según el positivismo, el científico “debe desprenderse de los prejuicios y las presuposiciones, separar los juicios de hecho de los juicios de valor, la ciencia de la ideología”(Lowy, 1974), en busca de una objetividad que solo podrá lograrse  mediante la verificación en la experiencia y en la observación, por lo tanto, para ser sometidos a esté principio los hechos sociales deberán ser tratados como cosas, como asevera Durkheim en las reglas del método sociológico. (Lowy, op.cit.).

En efecto, el positivismo supone que la realidad está dada y que puede ser conocida de manera absoluta por el sujeto cognoscente, y que por tanto, de lo único que había que preocuparse, era de encontrar el método adecuado y válido para “descubrir” esa realidad. En particular, asume la existencia de un método específico para conocer esa realidad y propone el uso de dicho método como garantía de verdad y legitimidad para el conocimiento. Por tanto, la ciencia positivista se cimienta sobre el supuesto de que el sujeto tiene una posibilidad absoluta de conocer la realidad mediante un método específico. 

De acuerdo con Dobles, Zúñiga y García (1998) el positivismo se caracteriza por postular lo siguiente: 
1. El sujeto descubre el conocimiento. 
2. El sujeto tiene acceso a la realidad mediante los sentidos, la razón y los instrumentos que utilice. 
3. El conocimiento válido es el científico. 
4. El método de la ciencia es el único válido. 
5. Lo que es dado a los sentidos puede ser considerado como real. 
6. Hay una realidad accesible al sujeto mediante la experiencia. El positivismo supone la existencia independiente de la realidad con respecto al ser humano que la conoce. 
7. La verdad es una correspondencia entre lo que el ser humano conoce y la realidad que descubre. 
8. El método de la ciencia es descriptivo. Esto significa, según Abagnaro, que la ciencia describe los hechos y muestra las relaciones constantes entre los hechos, que se expresan mediante leyes y permiten la previsión de los hechos. 
9. Sujeto y objeto de conocimiento son independientes: se plantea como principio la neutralidad valorativa. Esto es: que el investigador se ubique en una posición neutral con respecto a las consecuencias de sus investigaciones. 

El Paradigma Postpositivismo:
Es un paradigma enteramente nuevo, que exige el derrocamiento del viejo, basándose fundamentalmente en supuestos no solo diferentes, si no también contrastantes, donde las personas son vistas de una manera visual, es decir desde una realidad y que supera el esquema que considera la perfección como simple reflejo de las cosas verdaderas y el conocimiento como copia de esa realidad, considerando éste como el resultado de una interacción, de una dialéctica o dialogo entre el conocedor y el objeto conocido.
Al hablar del conocimiento nos referimos al resultado de dos factores (sujeto y objeto), que tienen voz múltiple de interlocutores, que al establecer un dialogo intervienen los factores biológicos, los psicológicos y sobre todo los culturales: todas ellas influyen en la conceptualización o categorización que se haga del objeto en estudio. Señalando así el enfoque óptico o punto de vista desde el cual se percibe como verdadero, basándose en un consenso del conocimiento, y dándose un contexto social e históricamente determinado.
Sobre la concepción dialéctica del conocimiento, es importante considerar los siguientes aspectos, de acuerdo con Martínez (1997): 
1. La mente construye su objeto informando la materia amorfa por medio de formas subjetivas o categorías, como si inyectara sus propias leyes a la materia. 
2. Ninguna percepción humana es inmaculada, ya que toda observación, por muy científica que sea, está “cargada de teoría”. 
3. La percepción aprehende siempre estructuras significantes. Vemos aquello que esperamos ver o tenemos razones para esperar que veremos. Nunca vemos todo lo que pudiéramos ver, pues siempre hacemos una selección; y nunca somos meramente pasivos, sin que, en cierto modo “construimos” el objeto que vemos. 
4. El significado dependerá de nuestra formación previa, de nuestras expectativas teoréticas actuales, de nuestras actitudes, creencias, necesidades, intereses, miedos e ideales y de la teoría (asimilada) del instrumento que estamos utilizando. 
5. Toda realidad que aprehendemos es una realidad ya interpretada, y todo esfuerzo de conocimiento es siempre una interpretación de una interpretación. 

Características: 
* La conducta social no se puede explicar sin tener en cuenta las interpretaciones particulares de los sujetos. 
* El conocimiento pedagógico desde esta perspectiva no es universal ni sirve para espacios y contextos indeterminados. 

El Paradigma Socio-crítico:
De acuerdo con Arnal (1992) adopta la idea de que la teoría crítica es una ciencia social que no es puramente empírica ni sólo interpretativa; sus contribuciones, se originan, “de los estudios comunitarios y de la investigación participante” (p.98). Tiene como objetivo promover las transformaciones sociales, dando respuestas a problemas específicos presentes en el seno de las comunidades, pero con la participación de sus miembros.

El paradigma socio-crítico se fundamenta en la crítica social con un marcado carácter autorreflexivo; considera que el conocimiento se construye siempre por intereses que parten de las necesidades de los grupos; pretende la autonomía racional y liberadora del ser humano; y se consigue mediante la capacitación de los sujetos para la participación y transformación social. Utiliza la autorreflexión y el conocimiento interno y personalizado para que cada quien tome conciencia del rol que le corresponde dentro del grupo; para ello se propone la crítica ideológica y la aplicación de procedimientos del psicoanálisis que posibilitan la comprensión de la situación de cada individuo, descubriendo sus intereses a través de la crítica. El conocimiento se desarrolla mediante un proceso de construcción y reconstrucción sucesiva de la teoría y la práctica. Entre las características más importantes del paradigma socio-crítico aplicado al ámbito de la educación se encuentran: (a) la adopción de una visión global y dialéctica de la realidad educativa; (b) la aceptación compartida de una visión democrática del conocimiento así como de los procesos implicados en su elaboración; y (c) la asunción de una visión particular de la teoría del conocimiento y de sus relaciones con la realidad y con la práctica.

1 comentarios:

Unknown dijo...

claro,sencillo y explicito.

Publicar un comentario