sábado, 15 de junio de 2013

PARADIGMAS: POSITIVISTA, POSTPOSITIVISTA Y SOCIOCRÍTICO
Licda.  Julia Moreno 

El positivismo sostiene una postura realista dado que consideran que la realidad existe “fuera de” y es manejada por leyes naturales y mecanismos. El conocimiento de estas leyes y mecanismos es convencionalmente resumido en la forma de tiempo y generalizaciones independientes del contexto. Algunas de estas generalizaciones toman la forma de leyes causa-efecto. El positivismo considera que es posible y esencial para el investigador adoptar una postura distante y no interactiva. Los valores y los sesgos son factores de la confusión y por lo tanto deben ser excluidos automáticamente para no influir los resultados. De aquí su acento en el objetivismo. El positivismo responde que las preguntas e hipótesis son declaradas por adelantado a manera de proposiciones y están sujetas a procesos empíricos dentro de condiciones cuidadosamente controladas. Por lo tanto, se dirá que el positivismo es experimental-manipulativo.

El paradigma postpositivista, es una versión modificada del positivismo, la predicción y el control continúan siendo la meta. El postpositivismo responde que es crítico realista lo que significa que la realidad existe pero no puede ser completamente aprehendida. Esta es manejada por leyes naturales que pueden ser comprendidas solamente en forma incompleta. De esto se desprende que, aunque existe un mundo real manejado por causas naturales, es imposible para los humanos poder percibirlo en su totalidad debido a que sus mecanismos intelectuales y sensoriales son imperfectos. El postpositivismo mantiene que la objetividad permanece como el ideal regulatorio, pero ésta sólo puede ser aproximada, coloca un énfasis especial en guardianes externos tales como la tradición crítica y la comunidad crítica. Al descansar en estos elementos se requiere que los reportes de cualquier indagación sean consistentes con la academia tradicional que existe en el campo; así como sujetar cada indagación a los juicios de los compañeros en la “comunidad crítica”, esto es con los editores, árbitros de revistas especializadas así como de sus lectores. De esto se deriva que este paradigma sea de corte objetivista modificado. Este paradigma enfatiza la criticidad múltiple remediando las discrepancias y permitiendo la indagación en escenarios naturales usando métodos cualitativos dependiendo más de la generación emergente de datos y haciendo del descubrimiento una parte esencial del proceso de indagación. Se le considera en lo metodológico como una modificación al positivismo en su proceder experimental y manipulativo.

Del Paradigma Teoría Crítica es sin duda inadecuado para incluir a todas las alternativas que pueden caer dentro de este paradigma. Un término más apropiado podría ser “indagación orientada críticamente” que incluye al neo-marxismo, materialismo, feminismo, freirismo, indagación participatoria y otros movimientos similares, así como la teoría crítica por sí misma. La teoría crítica sostiene que hay una realidad objetiva, expresada en la frase “falsa conciencia” lo que implica que hay una “conciencia verdadera” en algún lugar o “fuera de” o más probablemente, poseída en cierta forma por el investigador o en alguna elite mejor informada. A esta situación se le denomina realismo crítico, muy similar al que sostiene el postpositivismo. La teoría crítica mantiene una epistemología subjetivista, esto quiere decir que los actos de la indagación están íntimamente ligados a los valores del investigador. Los valores mediatizan la indagación, por lo que podríamos decir que es de corte subjetivista. La teoría critica responde que la meta de los investigadores es transformar el mundo “real” a través de elevar la conciencia de los participantes de tal forma que ellos sean energizados y se les facilite el camino hacia la transformación. Dado lo anterior, se requiere de una metodología dialógica transformativa, que elimine la falsa conciencia y anime a la intervención y transformación.

En definitiva, cada paradigma sostiene su propio sistema básico de creencias, así como sus propios méritos para ser considerado como tal. Lo importante aquí es examinar y explorar nuestras propias creencias acerca de la realidad social, la visión de la educación, la función de la escuela, el papel de la investigación, de la naturaleza del conocimiento, del papel del profesor y entonces adoptar un paradigma que guíe nuestro pensamiento y acciones. Los paradigmas tienen muchas implicaciones en la práctica de la educación, aquí solamente se presentaron algunas con el propósito de dilucidar como en el currículum, en las metas educativas y en el profesor como investigador subyacen determinadas creencias que es preciso conocer y reflexionar así como estimular el pensamiento crítico. Sin duda, esto deja muchas preguntas e inquietudes, sobre todo al percatarnos de que no sólo hay un paradigma en educación que provee una sola visión de la educación y de la investigación ya que esta llamada del conocimiento ha dado lugar al surgimiento de nuevos paradigmas con visiones múltiples de la realidad y del conocimiento.













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